De la mano del gran trío formado por Saviola, Aimar y Ángel,
River tuvo un comienzo arrollador, goleando a Instituto en el Monumental, para
después ganar en Rosario a Central. El empate de local frente a Colón fue
subsanado por una impresionante goleada en La Plata frente a Estudiantes y un inolvidable 4-3
con Belgrano en el Monumental. Tras empatar en Avellaneda frente a
Independiente y luego de derrotar a Lanús, River sufrió su primera derrota ante
Argentinos en cancha de Ferro, en la que sería su única caída en el torneo. El
golpe duró unos días, pues no se pudo marcar ante Vélez en un empate sin goles
en el Monumental, pero después comenzó la serie arrolladora: 2-0 en Jujuy ante
Gimnasia; el 2 a
0 a Boca;
otro 2-0 a
Newell’s; 2-1 a
Unión en Santa Fe; 2-0 a
Gimnasia La Plata;
4-1 a
Talleres en Córdoba y 1-0 a
Racing como locales. En la antepenúltima fecha, un motivado Chacarita logró en
cancha de Vélez un molesto y recordado 4-4 que no logró encender la alarma,
pues una semana después, un Monumental colmado festejó el 4-1 sobre Ferro, que
dejaba al equipo a las puertas de la coronación, aunque la vuelta olímpica
tenía que esperar, pues River sumaba 43 puntos, mientras que Boca y Rosario
Central tenían 40. En la última fecha, los Millonarios tenían que jugar en
cancha de San Lorenzo, mientras que los boquenses recibían a Talleres y los
canallas, a Vélez.
Una multitud riverplatense fue al feudo sanlorencista
dispuesta a festejar un nuevo campeonato. Guillermo Pereyra, de cabeza, anotó
el primer gol en la etapa inicial. Luego del descanso, aumentó Saviola de penal
para asegurar el título. Poco importaron después los dos goles de Romeo que
dejaron el marcador 2-2, mucho menos la victoria de Central que lo colocó
subcampeón, y ni hablar del empate de Boca sin goles, que provocó hasta la risa
de Ramón Díaz que dijo socarronamente: "¿Ni siquiera salieron segundos?". El
riojano festejaba por partida doble, pues conseguía su sexto título como
técnico de River e impedía el tricampeonato del eterno rival. El capitán de ese
equipo era Leonardo Astrada, que llegaba a su décima consagración en River, y
que fue la columna vertebral de un gran equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario